martes, 7 de septiembre de 2010

La revista 'Onomázein' de la UC presenta los resultados de la investigación


UN ESTUDIO ANALIZA EL LÉXICO JUVENIL DE LA CLASE MEDIA-ALTA SANTIAGUINA


8 de marzo de 2004


Los jóvenes, cualquiera sea su nivel educacional, no se muestran conformes con la norma lingüística heredada de sus padres, sino que, muy por el contrario, buscan «violentarla», jugando con ella para extraer lo novedoso, lo diferente y también lo chocante, ya que la variedad lingüística juvenil muestra una marcada tendencia al feísmo, que se manifiesta en el constante uso de palabras malsonantes, disfemismos (expresión peyorativa) y vulgarismos de todo tipo.

La actitud lingüística irreverente de los jóvenes forma parte de la actitud frente a la vida en general de ellos, especialmente de los adolescentes, quienes, en busca de su identidad, quieren diferenciarse de los adultos y erguirse en el mundo de una manera distinta a la tradicional, lo cual deriva en una forma de ser confrontacional con respecto a la cultura y en la creación de una subcultura, que algunos autores han llamado contracultura.

Entre los recursos que los jóvenes adoptan están los extranjerismos, especialmente los anglicismos: heavy (pesado). Ellos buscan palabras fuertes y malsonantes para designar significados no necesariamente chocantes: «hey, imbécil», «está pelando cables» , etc. También cambian y crean nuevos significados que se relacionan con su propio mundo, como la palabra «arrugar», que para ellos significa «arrepentirse».

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